jueves, diciembre 02, 2004

Tres más

Nápoles
Nápoles, la Galería Umberto I (la verdad, es que en este caso no sé si va con h o sin ella, sorry) .
Cuando estuve no sabía ni qué era, simplemente le saqué la foto porque era realmente bonita. Se supone que es un cruce de calles. Destacan sobre todo las vidrieras a 57 metros de altura.
Nápoles, debido sobre todo a que perteneció mucho tiempo a la corona de Aragón, tiene unas costumbres bastante más similares a las españolas que al resto de Italia. Es conocida como la Andalucía de Italia, por el carácter más juerguista de sus habitantes. En Roma, por ejemplo, la gente come muy temprano (al estilo europeo) sobre las 12h, cena también temprano, las tiendas las cierran antes, etc. Nápoles tiene costumbres más cercanas a las españolas, comen y cenan a nuestra hora, son muy abiertos, salen mucho por ahí...

lupanar pompeyano
Este puede decirse que es el cartel de entrada de un Lupanar en Pompeya. Los lupanares eran los prostíbulos, y su nombre venía de las prostitutas, que se conocían como lupas-lobas- Y sí, es lo que parece, tal cual se ve en la foto, los romanos estaban muy bien dotados, jejeje...
No sólo tenían símbolos en la pared de entrada. En la calzada también existían señalando hacia donde se encontraba el lugar de recreo, sólo que en lugar de flechas se usaba el símbolo fálico (más explícito imposible) Ya dentro, sobre el dintel de cada puerta se encontraba un mosaico con la imagen que mostraba la especialidad de la chica que se encontraba en el interior de esa habitación. En Pompeya, cuando atracaban barcos con marineros, las chicas se colocaban en las vantanas para atraer así a los posibles clientes (tampoco es tan distinto a lo que se hace hoy en día)


En la imagen inferior se observa el típico patio tunecino. Se trata de una casa abierta al público en Sidi Bou Said, población que se encuentra al lado de Túnez. Ya dije que Túnez tiene un encanto especial, es distinto pero sin serlo completamente. Sidi Bou Said puede recordarte a un típico pueblo andaluz, con casitas azules y blancas, callejuelas tranquilas, y eso sí, lleno de gatos. Pero no era como los perros abandonados de Nápoles y Pompeya. Estos gatos estaban bien cuidados, se notaba que sí tenían dueaño. Luego, lo típico, la bromita de los camellos, que en mi opinión, la hacen como parte del atractivo turístico. Los turistas esperan que les ofrezcan camellos por las mujeres y ellos simplemente, no defraudan la ilusión.

No hay comentarios: