Ayer leí un reportaje muy fuerte en Periodista Digital. El link del reportaje es este: Las esclavas del Este.
Es algo extenso, así que lo resumiré un poco. La historia trata de Majlinda, pero podría ser la de cualquiera de esas chicas que son alejadas de sus familias, maltratadas y obligadas a prostituirse. Historias que al fin y al cabo, aunque puedan sonar diferentes, cuentan una misma cruda realidad.
Majlinda fue secuestrada con sólo 13 años. Ella en un principio se negó a trabajar para sus tres secuestradores pero la amenazaron con hacer daño a su familia. El mínimo solía ser 20 clientes por noche. No sólo le pegaban muchos de esos clientes sino también sus propios secuestradores (ahora sus chulos) le propinaban palizas, bien por no conseguir suficiente dinero, bien porque sí, simplemente. Después del trabajo, en el que a veces, también le robaban, con lo que tenía que trabajar aún más para poder dar todo lo que le pedían sus chulos, estos últimos además de maltratarla solían violarla varias veces. Sus verdugos no tenían otra preocupación que competir entre sí por ver si el bólido que acababan de adquirir era mejor que el de su compañero. Estuvo un año en Grecia y la revendieron después a Florencia donde tuvo que hacer la calle. Allí pasó otro año hasta que la llevaron a Amsterdam, donde conoció al que parecía su supuesto salvador: un afgano que le ofreció una vida nueva. Quedó embarazada de él, pero descubrió pronto que quería lo mismo que los otros, pegarle y que trabajara para él. Cuando dio a luz a su hijo, esto le dio valor, por encima de lo que le pudieran hacer a su familia (siempre amenazada) Acudió a unas monjas que solían rescatar a las prostitutas. Consiguió un billete de vuelta a su Albania natal, pero su familia la rechazó. Tuvo que refugiarse en un centro de acogida, donde se presentó el afgano. Así que huyó de allí, escondió a su hijo y ahora está en otro centro de acogida, con miedo a que se vuelva a presentar. Ahora sólo tiene 17 años.
No es justo que alguien tan joven ya haya pasado por todo eso. Como ya he dicho antes, esto es sólo un ejemplo, pero muestra una realidad social más presente de lo que pueda parecer.
Os recomiendo el artículo entero, o al menos alguno de los otros ejemplos. Puede abrirse un debate, pero para mí está claro. Cuando alguien se acuesta con una chica que está obligada a prostituirse, aunque pague por ello, lo considero una violación. La chica no ha dado su consentimiento, aunque al cliente se lo parezca. La están obligando y por lo tanto ese cliente es cómplice de que se mantenga esa postura de esclavitud, para mí es prácticamente un violador. Veo casi imposible que no se de cuenta de que esa chica lo hace por miedo a sus chulos, por lo tanto, es un violador, aunque pague por hacerlo.
Es algo extenso, así que lo resumiré un poco. La historia trata de Majlinda, pero podría ser la de cualquiera de esas chicas que son alejadas de sus familias, maltratadas y obligadas a prostituirse. Historias que al fin y al cabo, aunque puedan sonar diferentes, cuentan una misma cruda realidad.
Majlinda fue secuestrada con sólo 13 años. Ella en un principio se negó a trabajar para sus tres secuestradores pero la amenazaron con hacer daño a su familia. El mínimo solía ser 20 clientes por noche. No sólo le pegaban muchos de esos clientes sino también sus propios secuestradores (ahora sus chulos) le propinaban palizas, bien por no conseguir suficiente dinero, bien porque sí, simplemente. Después del trabajo, en el que a veces, también le robaban, con lo que tenía que trabajar aún más para poder dar todo lo que le pedían sus chulos, estos últimos además de maltratarla solían violarla varias veces. Sus verdugos no tenían otra preocupación que competir entre sí por ver si el bólido que acababan de adquirir era mejor que el de su compañero. Estuvo un año en Grecia y la revendieron después a Florencia donde tuvo que hacer la calle. Allí pasó otro año hasta que la llevaron a Amsterdam, donde conoció al que parecía su supuesto salvador: un afgano que le ofreció una vida nueva. Quedó embarazada de él, pero descubrió pronto que quería lo mismo que los otros, pegarle y que trabajara para él. Cuando dio a luz a su hijo, esto le dio valor, por encima de lo que le pudieran hacer a su familia (siempre amenazada) Acudió a unas monjas que solían rescatar a las prostitutas. Consiguió un billete de vuelta a su Albania natal, pero su familia la rechazó. Tuvo que refugiarse en un centro de acogida, donde se presentó el afgano. Así que huyó de allí, escondió a su hijo y ahora está en otro centro de acogida, con miedo a que se vuelva a presentar. Ahora sólo tiene 17 años.
No es justo que alguien tan joven ya haya pasado por todo eso. Como ya he dicho antes, esto es sólo un ejemplo, pero muestra una realidad social más presente de lo que pueda parecer.
Os recomiendo el artículo entero, o al menos alguno de los otros ejemplos. Puede abrirse un debate, pero para mí está claro. Cuando alguien se acuesta con una chica que está obligada a prostituirse, aunque pague por ello, lo considero una violación. La chica no ha dado su consentimiento, aunque al cliente se lo parezca. La están obligando y por lo tanto ese cliente es cómplice de que se mantenga esa postura de esclavitud, para mí es prácticamente un violador. Veo casi imposible que no se de cuenta de que esa chica lo hace por miedo a sus chulos, por lo tanto, es un violador, aunque pague por hacerlo.
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