La foto es de Pompeya, un niño que se acurrucaba de miedo al ver lo que se le venía encima. La verdad es que Pompeya podría estar mucho mejor cuidada, apenas hay seguridad, la gente tira las botellas donde le da la gana y todo está lleno de perritos abandonados. Nos dijeron que está así desde que al gobierno italiano se le ocurrió la "feliz idea" de privatizarlo. A riesgo de parecer refunfuñona, voy a criticar algo que me indignó bastante, la tontería de llevarse la piedrecita de recuerdo. A ver, Pompeya tiene 3 millones de visitantes al año, con que sólamente a cien mil de esos tres millones se les ocurra coger una, joer, que son muchas al año. Si total, luego te la llevas a casa y no sabes ni donde ponerla.
Por lo demás, es una pasada, pero eso sí, deberían protegerla más. Con Nápoles pasa lo mismo, es una ciudad preciosa, pero muy mal cuidada. Según la guía, Italia aporta mucho más dinero al norte del país que al sur. La verdad es que se notaba, la parte sur parecía mucho más pobre, pero en fin, no soy experta en esos temas, y prefiero no meter mucho la pata.
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