martes, marzo 22, 2005

Historias del Glez Parte 1

Se trata de un amigo mío. Podríamos decir que es una persona bastante interesante, en relación a la cantidad de anécdotas que siempre tiene para contar. Le conocí en uno de estos múltiples trabajos de teleope que he estado realizando desde al año pasado... Y lo de Glez, le viene precisamente de ahí, era el login que debía usar para entrar en los programas informáticos. Y lo raro es que no siquiera se apellida González, pero en fin, la organización no es algo que prime en estas campañas. El viernes le avisé de que contaría alguna de sus historias en el blog, y no le importó, así que espero que me cuente más.
He de reconocer que es un chico muy despistado, es bastante inteligente, pero el despiste que tiene lo supera todo, jajaja. Una vez fue al curro un día que no le correspondía y no se dio cuenta hasta que, cuando ya llevaba media tarde trabajada, le dijeron que ese día libraba.

Una anécdota que nos contó se refiere al metro. Precisamente lo cogió en uno de esos puntos en los que no se puede ni respirar de lo lleno que está. Así entre el barullo de gente, el chico se quedó dormido de pie. Cuando despertó, la línea de Metro había llegado al final, y estaba apoyado en una chica, que le despertó diciendo: ¿qué? ¿estás cómodo?
Otra vez también se quedó dormido en el metro, pero esta vez sentado, hasta que incluso introdujeron el metro en las cocheras, allí despertó. Menos mal que ese metro salía de nuevo, así que sólo tuvo que esperar un poco.

Y dos nocturnas:
Una noche entró en una discoteca, todo pedo, claro está, y llevaba escondidas una par de botellas en la cazadora (ya se sabe, para beber dentro y no gastarse un duro) No sé cómo lo logró pero el segurata no se dio cuenta. Dentro, como iba más pedo que otra cosa, se puso a bailar y a darle empujoncitos a una chica. El novio, como le vio con las botellas fue a chivarse al segurata, para que le echaran, así que él se escondió en los baños. Pero va el tío, y sigue bebiendo. Así que el guardia de seguridad, al entrar en el baño, lo ve bebiendo directamente de la botella con toda su cara. Y el Glez, sigue bebiendo sin inmutarse. Y cuando el guardia le incrimina, no se le ocurre nada mejor que decirle: ¿pero qué voy a hacer? Ha venido un tío corriendo, ha dejado aquí las botellas, y se ha ido corriendo para allí. Pues yo me las bebo.
Y allí se fue el guardia detrás del borracho fantasma. Mientra el Glez se quedó tan ricamente bebiendo de sus botellitas.
Otra es la conocida, entre amigos, como el 50-0. Se refiere a que una noche, en un pub, entró a todas, absolutamente a todas las chicas que habían en el local, con el resultado de goleada, por parte de ellas, claro. No se ligó ni a media. Por eso lo del 50-0 (chicas, que juegan en su propio campo: 50, y el Glez, visitante: 0)
Otro día os cuento más... (^ ^)

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