lunes, abril 04, 2005

La leyenda del Popocatepetl

Voy a hablaros de una leyenda que aunque me resulta muy lejana, me pareció muy hermosa desde la primera vez que oí hablar de ella. Trata sobre dos montes (volcanes) mexicanos, el Popocatepetl y el Iztaccihuatl.

Popocatepetl e Iztaccihuatl


Cuando los aztecas dominaban el Valle de México, los otros pueblos debían obedecerlos y rendirles tributo. Cansados de esta opresión, el cacique de Tlaxcala decidió pelear por la libertad de su pueblo.
En medio de esta guerra surgió el amor entre la bella hija del cacique, la princesa Iztaccihuatl, y Popocatepetl, uno de los guerreros más valientes. Este pidió la mano a su padre y aquí hay dos versiones. En una, el padre se la da gustoso y el guerrero promete que si vuelve de la guerra victorioso se casará con ella. En otra, el cacique no quiere que su hija se case con un simple guerrero, por lo que finge estar de acuerdo y envía a Popocatepetl a la guerra, lo que cree que se convertirá en una muerte segura. En esta versión, el padre nada más enviar al guerrero lejos, promete a su hija con un noble. Pero como esta no quiere casarse con él, se inventa que Popocatepetl ha muerto. En la otra versión, un rival del guerrero es el que inventa que ha muerto en combate. En ambas, el resultado es el mismo para Iztaccihuatl, pues al enterarse de la amarga noticia, sufre un dolor tan grande que muere de pena por su amado.
Popocatepetl mientras, ha vencido en todas las batallas, por lo que regresa a su tierra triunfante y rodeado de riqueza. Mas al enterarse del cruel fin de su amada, la cogió en sus brazos y huyó con ella a las montañas. Se cuenta que para honrarla mandó que 20000 esclavos construyeran una enorme tumba frente al sol amontonando diez cerros, y formando así una gran montaña. La depositó en la cima y allí se tumbó él también tras darle el último beso. El guerrero lloró y rugió de rabia durante días y noches, hasta que los dioses, en un momento en el que se quedó dormido por el cansancio y el dolor, se apiadaron de ellos, cubriéndolos de nieve y transformándolos en dos grandes volcanes.
La montaña Iztaccihuatl recibe su nombre de dos vocablos indígenas, iztac: blanco y cihuatl: mujer. Aunque en lugar de conocerse como mujer blanca, al monte se le conoce con el nombre de mujer dormida, pues su silueta asemeja la de una doncella en estado de sueño.
Popocatepetl deriva del verbo popoa:humo y tepetl: cerro. Por lo que podía traducirse como el monte humeante. Y así es, puesto que este volcán, cuando a veces despierta y ve de nuevo a su amada que yace muerta junto a él, agobiado por el dolor, vuelve a gritar estremeciendo la tierra, y sus lágrimas abrasan todo a su paso.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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