Esta es la letra de la canción que María llevaba varios días cantando: "this is the end, my friend..." Incluso en su ordena quedará como salvapantallas. También se han quedado ahí los dos post-it horterillas en forma de corazocitos color rosa fluorescente que Óscar nos colocó y que yo pinté con nuestros nombres, en cada uno el de la otra, claro está (el amor es lo que tiene, jajaja...)
Buff, toda la tarde comiendo guarrerías (larpeiradas-en gallego- o chuches simplemente) y cómo no, no podían faltar las trufas de mi Virgi, una para despedir la jornada y la campaña. Y ser la mala, o la que controla los Aux (descansos de la gente) tiene sus cosas como enterarse de muchos porqués... pero yo sola me entiendo. Y nada más, ofertas para vender cosas por teléfono (no, mil gracias, pero no me apetece nada...) si queremos seguir en la empresa. Cuando terminé el master, la sensación fue parecida, pero hoy ya por fin es más dulce, que yo nunca me deprimo por nada, o eso me creo yo. De todos modos siempre supe que no era el curro de mi vida, y siempre digo lo mismo, pero quizás el curro de mi vida no exista, y la licenciatura y los master no sirvan para nada más. Pero lo intentaremos, es que tampoco nos queda otra, la verdad. Por lo menos, ni siquiera he tenido ganas de llorar, incluso lo veía fuera de lugar, a pesar de que dos coordis lo han hecho y me ha dado una penita... Que no, que va en serio, estoy genial, y mirando hacia delante, sólo es un mínimo de nostalgia, y que las cosas nunca vuelven a ser igual, pero en eso consiste todo, así son las reglas del juego, todo cambia.
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