Tengo el permiso expreso de la titular de esta historia para poder comunicarla, así que creo que a menos que decida escribir un libro y/o patentarla, no podrá denunciarme por contarla aquí.
Por cierto, para lectores sensibles: contiene escenas de cárcel explicíta...
Comencemos por el principio, que es como debe comenzarse toda buena historia. Había una vez una linda niña tremendamente caprichosa que decidió venirse de un país lejano a estudiar a España. Pero los malvados burócratas le comunicaron que para ello necesitaba un papelito (visado le llaman por ahí) que tardaba aproximadamente unos dos meses. Como la pequeña princesa no disponía de tiempo decidió que quizás sus estudios pudieran realizarse en el tiempo estipulado por los dichosos burócratas para sólamente realizar visitas turísticas en el país de recepción (esto es España) que creo que son dos meses (o tres, quién sabe) Bueno, ya en tierras ibéricas, encontró un curso de su gusto, y tanto le gustó que decidió ampliarlo a master (con lo que el tiempo también aumentaba considerablemente) En una linda comisaría unos simpáticos funcionarios le comunicaron que para ampliar su tiempo en el país, necesitaría volver a su tierra, pedir el visado, esperar los dos meses y ya volver de nuevo aquí (sí, así, tan sencillito lo ponían).La otra opción que le dieron era salir a un país que no estuviera en la Unión Europea y volver a entrar, así el permiso como turista se ampliaba.
Y de este modo, siguiendo sus sabios consejos, la tímida princesa, se dirigió en una linda carroza hacia el reino de Marruecos... Llegó, vio y venció...Pero al regreso los malvados burócratas (y funcionarios varios) le indicaron que había roto no sé qué extraña ley conocida como de extranjería, le dieron una preciosa carta conminándole a que se largara (y conocida con el bello nombre de Carta de Expulsión) amén de mantenerla cierto tiempo entre rejas... Y para colmo de males, era su cumpleaños...
Poniéndonos un poco más serios, ella hizo mal en lo del visado, pero tampoco dan más opciones, está cursando estudios aquí, y luego piensa regresar a su país. Ni siquiera va a trabajar aquí, solo aspira a terminar sus estudios, que por cierto, ya están pagados. En realidad, se puede decir que lo único que ha hecho en España es dejar dinero. Pecó de confiada y de despistada, eso es cierto, pero en ningún lugar le dan una solución (hablo de Embajada incluída) y el hecho de sacarle hasta las fotos como a una delincuente es un tanto fuerte. No he de negar que nos sirve de cachondeíto y estamos medio día metiéndonos con ella, pero la verdad es que la pobre lo tuvo que pasar muy mal. No hablamos de una comisaría cualquiera sino de una en la que están acostumbrados a tratar con inmigrantes ilegales de actitud y moral bastante dudosa. Como ella dice, es el peor finde de su vida, pero espero que llegue a recordarlo con humor muy pronto...
(Princesa, si lees esto, he tenido el impulso de poner una foto tuya entre rejas, pero no he cedido al impulso, he sido fuerte, jejeje, ya me pegas luego, ok?)
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