Calidad y amiguismos

Aquí como en Tombuctú, el que tiene padrinos se bautiza. Los amiguismos son iguales en todos lados.

Por experiencia propia he visto que en cualquier mundillo, y hablaré del de la publicidad, por ejemplo, que mueve cantidades ingentes de dinero, al final muchas veces, todo se reduce a los amiguismos. He visto que gente se lleva cuentas de las que va a sacar una buena tajada sólo por las relaciones más o menos amistosas con el cliente. Y sigo sin entender, si yo soy tu amigo, por muy amigo que seas, no te voy a dar un pastón porque me hagas una campaña mediocre, compararé y veré si me eres rentable, eficaz y me das productos de calidad. Pero a veces el dinero está en manos de idiotas, parece ser.

Pondré un ejemplo, investigando por internet (que por ello me llaman Googlewoman) conseguí localizar a una persona a la que le había perdido la pista hace tiempo. Y sabiendo que en su lugar de origen parecía tener contactos importantes, y los sigue teniendo, según he comprobado, veo que gracias a ellos es capaz de ganarse la vida (de manera mucho más que holgada) con productos aceptables, y otros muchos mediocres, por no llamarlos patéticos. No soy experta en nada, pero puedo vislumbrar la calidad y la falta de ella, y más en este mundillo. Y veo que como en todos, los amiguismos triunfan, que da igual lo que hagas si tú te mientes y consigues convencer a los demás de que es bueno (y profesional) aunque sea una mierda pinchada en un palo. No vales lo que vales sino lo que te haces valer, véndete bien y tienes casi todo el trabajo hecho.

Que conste que alguna que otra vez han hecho lo mismo en mi nombre, por falta de tiempo o lo que fuera, han vendido cosas en las que yo he participado que no valían un carajo a precio de oro.